lunes, 12 de noviembre de 2007

Reforma electoral o Ley Mordaza

El predictamen presentado por los senadores de las comisiones unidas para reformar la Ley electoral, no sólo es indignante, es incluso absurdo, sobre todo por el momento político y social que atraviesa no sólo México sino la sociedad mundial. Y es que los legisladores plantearon ante los representantes y dueños de los medios de comunicación, los nuevos lineamientos sobre los que tienen que regirse no sólo las campañas electorales, sino también las opiniones vertidas en los diferentes medios electrónicos por lo propios comunicadores. Y que ahora serán los medios quienes tengan que absorber los costos de la publicidad oficial en tiempo electoral y no electoral. Ah pero eso sí, piden horario estelar.

¿De qué estamos hablando aquí? De una reforma para poner límites y acabar con el mercantilismo en las campañas políticas o de un subsidio de los medios hacia los partidos y lo peor, de una ley mordaza que busca el control mediático de los partidos políticos. Es verdaderamente incomprensible que en 2007, luego de un proceso de transición que dio fin a la hegemonía priista y al presidencialismo de antaño, que si bien no al final de sus días en el poder pero sí en el fervor de su ejercicio, se caracterizó por aquel autoritarismo en donde nadie podía corregir ni mucho menos criticar las acciones del ejecutivo ni de sus súbditos en el poder, hoy en pleno siglo XXI, en un mundo globalizado y en donde los procesos democratizadores están emergiendo incluso en países que nada tienen que ver con la cultura occidental ni con sus ancestrales regímenes de republica, en nuestro país los procesos vayan en retroceso y hacia un absolutismo ya superado.

Parece que los legisladores mexicanos no han aprendido nada de la historia de nuestro país, ni de las consecuencias del autoritarismo y la represión. Ahora estamos ante un panorama más desolador que lo que prometía este México y pareciera que una sombra chavista pulula por la Cámara alta, hablándole al oído a los legisladores. Nos enfrentamos pues, a una ley que coarta la libertad de expresión y que puntualiza que una opinión personal de un reportero o conductor de radio y/o televisión, puede derivar en una falta a la constitución. ¿Qué no les basta con fuero constitucional que ahora adaptan la ley para ser inmunes al escrutinio público? Sí, escrutinio, que vale la pena decir, hoy por hoy se convirtió en una herramienta democrática incomparable y poderosa, que le da a la ciudadanía el poder que los políticos les arrebataron siempre; la capacidad para exigir la rendición de cuentas, la transparencia del uso de los recursos y el poder para denunciar actos de corrupción. Vaya, eso lo juran al tomar propuesta, que no se les olvide: “Haré valer la ley… y si no he de cumplir que el pueblo me lo demande”. Qué poca memoria tienen señores legisladores y qué poca vergüenza también.

Si bien es cierto que la mayoría de los especialistas, politólogos, lideres de opinión y la sociedad en general urgía a las diferentes fuerzas políticas a llegar acuerdos y dar celeridad a las reformas estructurales, lo cierto es que una vez más se han equivocado señores legisladores, una vez más sus reformas al vapor llevarán a esta nación al desorden, a la confusión y esta vez a un retroceso que difícilmente el mundo podrá entender y las nuevas generaciones podrán aceptar.